Los cursos que se imparten en TÁNDEM, tratan de formar a los futuros profesores para la técnica de esquiadores de pie, los alumnos usuarios de silla de ruedas deberán aprender y comprender dicha técnica y conocimientos, que son los que engloba el currículo del curso y lo que respalda dicha titulación (Real Decreto 319/2000 de 3 de marzo).
Partiendo de esa base, es evidente que no se puede hacer discriminación por el hecho de tener una diversidad funcional, por lo que, desde TÁNDEM, adaptamos todo el currículo: contenidos, objetivos, criterios de evaluación, pedagogía y metodología, al conjunto de sus alumnos, sean éstos de las características que sean.
Existen pocas referencias de este tipo de formaciones en el entorno del esquí alpino, por lo que realmente, nos basaremos principalmente, no sólo en el desarrollo de los contenidos de la formación del esquí alpino, sobre lo que hay amplia experiencia, sino también en aquella que viene desarrollando desde la Fundación Deporte y Desafío a través de Eduardo Perujo «Dubi» que aglomera técnicas y estudios de diferentes procedencias, como la formación Americana, Francesa y Española primordialmente, desde hace ya más de 2 décadas.
Como reflexión principal, desde las clases de esquí adaptado sentado (sitski) que se llevan realizando desde 1997 en Sierra Nevada, la experiencia nos dice que un profesor puede impartir dichas clases sin utilizar el mismo material que el alumno. Desde luego, lo ideal es impartir una clase de esquí adaptado sentado, desde un monoesquí, para poder realizar las necesarias demostraciones y que el alumno pueda ver como un espejo, lo que le estamos pidiendo que realice. Para estos casos, es evidente que el profesor debería poseer un nivel técnico sentado, muy superior al del alumno, ya que de lo contrario podría ser contraproducente y retrasar o impedir el aprendizaje del alumno con diversidad funcional, por no nombrar el factor de seguridad. Si no existiera ese nivel por parte del profesor, siempre se impartirá la clase de pie y se utilizarán diferentes recursos metodológicos y los conocimientos propios del Técnico Deportivo en Esquí Alpino.
Esta situación nos hace reflexionar sobre el caso contrario, que por escaso o inexistente, raras veces nos lo hemos planteado. ¿Cómo puede un usuario de silla de ruedas, que esquía sentado, impartir una clase de esquí alpino a alumnos de pie o sentados? ¿Puede acceder a una formación totalmente orientada a personas bípedas, con técnicas para bípedos y metodología similar? ¿Seremos capaces desde los Centros de Formación, en este caso desde TÁNDEM, dar salida a esta cuestión que se hace vital para este colectivo, y proseguir con la tan ansiada inclusión? ¿Se podrá realizar una formación paralela adaptada a las necesidades diferentes, sin que merme la calidad y la excelencia en dicha Formación?
La respuesta es rotunda y contundente: SI ES POSIBLE…y lo haremos en TÁNDEM, con máxima calidad y enriquecimiento de todos los alumnos.
Que un profesor de pie imparta clase a alumnos sentados es considerado como muy normal… ¿por qué? Que un profesor sentado imparta clases a alumnos de pie, no es muy planteable de momento, al igual que un profesor amputado de una pierna imparta clases a bípedos, situación que ya se ha dado. ¿Por qué nos cuesta imaginar esa situación? ¿Será por la consideración social de las personas con diversidad funcional? ¿Conseguiremos que la visión y el concepto cambie y varíe lo suficiente?
Desde TÁNDEM estamos dando los primeros pasos, pero sólo será el principio de un largo camino, tanto para la profesión del técnico deportivo en esquí alpino, como para el colectivo de personas con diversidad funcional.
Eduardo Perujo «Dubi»
Formador Tándem
